El veganismo es una dieta como
cualquier otra, es decir, si todos nos hiciésemos veganos
y el
sistema-capital persiste, este obtendría nuevas formas de satisfacer
el consumo humano, al margen de que éstos nuevos productos lleven la
etiqueta de “Vegan”, se seguirían produciendo alimentos en base
a la imposición de la servidumbre, sólo que en este caso sería una
condición servil humana, por ello, realmente la situación nos
distaría de la actual, apuntamos a destruir el especismo y el
capitalismo simultáneamente para que no se pueda tomar como rehén a
ninguna especie, sea la que sea. El veganismo no es la solución al
problema si ésta dieta no tiene un componente político
revolucionario, naturalmente no hablamos de representacionismo o
dirigismos baratos, una dieta que pretende la abolición del
especismo-capitalista debe tomar una dirección por esencia
revolucionaria porque si el veganismo toma una consigna
representacionista o dirigencial sin tener en cuenta la raíz del
problema con su respectiva respuesta radical a el mismo, se
convertiría en un discurso barato, un producto que sigue la linea
del consumismo impuesto por el capitalismo, una moda, una posición
jerárquica o una práctica de carácter burgués. Nuestra crítica debe ser abordada
hacía nosotros mismos, muchos compañeros antiautoritarios son
indiferentes frente al especismo-capitalista, nuestro objetivo como
libertarios es destruir un sistema basado
fundamentalmente en las relaciones de dominación, poder y autoridad,
por lo tanto, esta destrucción, esta rabia que ríe a carcajadas
debe ser dirigida a ambos frentes de lucha, tanto las relaciones de
dominación entre nuestra propia especie, como también las
respectivas relaciones que nosotros practicamos con nuestros
homólogos no-humanos. Al igual que nosotros, los animales no-humanos
son la base de explotación del engranaje capitalista y reciben el
castigo de la sociedad y el poder, es por eso necesario destruir
ambas cautividades. Unos somos considerados mano de obra barata y
otros son considerados productos de consumo, vestimenta y
experimentación. Una dieta no lo es todo, más allá de la negativa
a consumir productos y subproductos de origen animal debe existir
una política revolucionaria abolicionista de carácter
antiautoritario, una actitud disidente en la sociedad democrática
donde sólo existe la dominación.
Cuestionarnos la propaganda capitalista
sobre el consumo de productos de origen animal es fundamental para
romper con el engranaje servicial al que estamos expuestos los
humanos como los no-humanos. El sistema-capitalista en ningún caso
tomará una postura animalista porque verían sus beneficios
económicos desvanecerse rápidamente, al igual que éste no tomará
una postura social donde el trabajo servicial se vea abolido, donde
los centros de enseñanza no confeccionen productos eficientes al
servicio del capital, porque naturalmente basan su existencia y su
riqueza en la confección de mercadería animal no-humana y humana.
Si cómodamente expresamos que no se
logra nada asumiendo cambios empezando por nosotros mismos, esperando
que la masa gregaria responda, actué o reaccione, estamos destinados
a la derrota sin haber luchado siquiera, si nuestro objetivo es
destruir el sistema en su totalidad, es necesario desposeernos de los
valores democráticos burgueses a los cuales nos hemos visto
expuestos desde nuestra más tierna infancia. La transformación
social es la suma de las revoluciones individuales, vivimos
absorbidos por el consumismo, en una realidad deformada,
confeccionada y ajustada a los intereses de una pequeña élite de
banqueros capitalistas, la demolición de esta sádica deformación
de la realidad como todo lo que esta representa, es una necesidad
constante que no debemos ignorar.
Aunque en definitiva apoyo esta crítica, en el sentido que previene contra la recuperación del veganismo por parte del capitalismo, cae en un error básico, el veganismo NO es "una dieta" como se insiste varias veces en esta crítica, la dieta de los veganos es el vegetarianismo estricto o "puro" (no confundir con el lacto-ovo vegetarianismo) todx veganx es vegetarianx, más no todx vegetarianx es veganx, el veganismo extiende sus prácticas antiespecistas mucho más allá del ámbito de la alimentación (entretenimiento, vestido, investigación, etc.), y en su carácter antiespecista, por definición repudia la explotación del animal humano - que algunxs vegnxs desinformadxs, o inconsecuentes no se fijen en tales relaciones de explotación y las financien o apoyen no es error del veganismo sino de el no-veganismo de dichas personas - Saludos.
ResponderEliminarOtro error de la crítica es que equipara la situación de opresión/dominación que se pueda dar entre humanos con la que ejercen los humanos sobre el resto de animales. Y es una equiparación obviamente equivocada, no hace falta poner ejemplos para evidenciarlo, solo darse cuenta de que los humanos tienen derechos legales y eso implica que nadie puede legalmente obligarte a nada sin tu consentimiento o tomarte como 'rehen'. En ultima instancia, un humano puede elegir ser un mendigo si considera que cualquier relación laboral en una sociedad capitalista es injusta.
ResponderEliminarSi la causa de la explotación animal fuera el sistema capitalista no se explicaría que haya existido y exista explotación animal en paises no capitalistas. Por lo tanto es equivocado el análisis, es equivocado creer que el fin del capitalismo se traduce en el fin de la explotación del resto de animals. El problema de base no parece ser la estructura económica que adopten los humanos, el problema es ético/moral/educativo, el problema es no trascender la especie para reconocer a todos animals sintientes como sujetos con intereses y preferencias básicas que deben ser respetadas, es decir, no reconocer a todos los animals sintientes como sujetos de derecho.