La sociedad
contemporánea se rige por una premisa, confeccionada por las esferas que
ostentan el Poder, siendo así como en esas reuniones secretas donde los psicópatas
más poderosos como ricos, se juntan en una sádica conferencia donde han
“decidido” y seguirán decidiendo nuestros trágicos destinos. Estas grandes fortunas a la par que sádicas
como enfermizas mentes han construido a lo largo de la Historia, una sociedad
moderna que con la falaz ilusión de coexistir en una realidad donde las
garantías individuales son salvaguardadas también tienen la concepción de una
coexistencia equitativa e igualitaria, en el cual todos los individuos tienen
la misma valía económica, política y social. Al contrario de lo que cree la
sociedad moderna civilizada, no vivimos en una realidad equitativa e
igualitaria, coexistimos con unas enfermizas mentes en una sociedad donde se ha
confeccionado la premisa del impuesto de la vida, por el cual, nos vemos
obligados por las democracias modernas liberales a abonar a lo largo de nuestra
existencia ciertas cantidades monetarias para lograr subsistir en el
sistema-capital, el cual, se sirve del depauperamiento de las economías comunes
para ensanchar así las grandes fortunas de quienes confeccionaron la respectiva
premisa del impuesto de la vida. Una premisa, como poco, destructiva, por la
cual nos vemos dirigidos sin opción alguna a nuestra prostitución o vendimia,
una aceptación que esboza en quienes ostenta y practican el Poder una sádica
sonrisa, ya que es así como tomamos como propia la impuestización de la vida, a
la par que es normalizada en la esquematización social común esta realidad.
Esta respectiva normalización, no es más que el reflejo de nuestra
esquematización social común, por la cual, somos dirigidos cual rebaño por el
pastor, imponiendo siempre su voluntad e intereses;
esta normalización social
dada por las relaciones de aceptación-sumisión propias del régimen democrático nos
conducen a la pérdida imparable de la libertad individual, siendo conducidos
por las esferas que ejercen el Poder, hacía una realidad donde la servidumbre
humana como no-humana, no se vea camuflada por los placebos del consumismo
barato que nos vende la democracia y el capital, nos conduce a una cautividad
no sólo palpable sino admirada por todos aquellos que han sido objeto de la
esquematización social, sin posibilidad de que estas relaciones jerárquicas
sean refutadas, porque sería cuestionar la democracia y sus respectivas
relaciones de poder, dominación y autoridad dado por el representacionismo o
dirigismo, este cuestionamiento traería, por consecuencia, nuestra
encarcelación mental-física. Es así como la impuestización de la vida, no se
limita sólo al abono mensual que sustenta el sistema-capital, dado por el
depauperamiento de nuestras economías, también aborda al igual que enmugrece
nuestra existencia, limitándose entonces la mínima libertad que habíamos
desvivido, es aquí, en esta encarcelación mental-física, donde abonamos al
régimen la pizca de libertad que nos arrebataron por cuestionarnos el orden
democrático establecido, aplicándose un principio de impuestización
mental-físico, serás entonces reeincertado en la sociedad, deberás entonces, aceptar
por consecuencia la impuestización que existe fuera de los centros de
exterminio de la disidencia política, social y económica, si esto no es así,
pagarás con tu vida tu disidencia marginal. El impuesto de la vida aborda todo
lo que nos rodea, no conocemos una realidad diferente a esta, es por eso, que
es aceptada esta impuestización tanto en la sociedad “libre” como en las
cárceles que ha construido esta respectiva sociedad democrática para exterminar
a todo aquel que no tome como propia esta deformación de la realidad. En
definitiva, no tenemos escapatoria a la premisa impuesta del impuesto de la
vida, tanto fuera como dentro de la sociedad democrática burguesa, somos objeto
de servidumbre siempre que aceptemos la democracia o cualquier forma de representacionismo
o dirigismo, nuestra única salida es el derrocamiento de las relaciones de
autoridad, poder y dominación, por ahora, podemos empezar con cuestionarnos lo
que nos rodea en esta sociedad.
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