He robado, he pecado. He reído y me han juzgado. No me he arrepentido y me han fusilado. La Sociedad gregaria que sustenta la miserable existencia que detestan, me ha juzgado y ha decidido encarcelar mi rebeldía entre unos perfectos barrotes de hierro confeccionados por las leyes que he de respetar, para no romper la moralidad del orden impuesto por la paz social de la burguesa legalidad.
He robado, pero no he pecado. He roto con la moralidad pseudo burguesa-cristiana con mis actos. He atentado y he desafiado a los nuevos líderes de la época del Ocaso de la Humanidad. He desafiado el Dinero y la Legalidad, me han juzgado por ello y me han tachado de criminal.
¿Dónde queda vuestra dignidad?
La perdéis al hablar y al juzgar mis actos con el ciudadanismo que os ha impuesto vuestro Señor Salarial. La masa me grita rabiosa que he de respetar la Paz Social, la Legalidad y que he de pagar por mi disidencia en la sociedad. Sustentan sus falacias en verdades absolutas que son impuestas desde el nuevo orden mundial que sigue la linea de la pura explotación salarial.
Temen al Caos, todo, me dicen, se descontrolará sin una Ley que regule nuestra actuación dentro de la legalidad de la Sociedad. Incapaces de comprender que atentar contra el Dinero y la Legalidad, es una forma de desafiar al Señor Salarial que confecciona, sustenta y arraiga la explotación existencial del milenio de la esclavitud universal.
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