La democracia, el gobierno representativo y el sufragio, significan un logro, una conquista en la historia, un progreso... Un logro, una conquista y un progreso para los beneficiarios de la explotación del Hombre por el Hombre, ya que por las formas democráticas y los mecanismos electorales, su posición se legitima y garantiza como nunca en la historia se ha hecho.
Cuando criticamos a la democracia y la ubicamos como uno de los pilares del sistema, somos concientes de que hay quienes atribuyen a la democracia un sentido diferente. La presentan a ésta según su origen ateniense, donde se ejercía de forma no representativa, es decir directa. Si bien la participación estaba restringida a individuos privilegiados, a los hombres que debían ser nativos y propietarios -ni esclavos, ni extranjeros, ni mujeres-, se suele ver en esto el verdadero significado de democracia, su esencia primigenia, luego corrompida por la burguesía y la representatividad, por mutar a formas indirectas. Sin embargo, independientemente del carácter directo o indirecto, la democracia implica el gobierno o supremacía de la mayoría sobre la minoría, por lo que no deja de ser una institución susceptible de injusticias y opresiones. Por eso y, fundamentalmente, porque hoy está asociada de forma harto evidente al régimen capitalista, es que nos negamos a ese concepto. Nos negamos a reivindicarlo porque claramente significaría comulgar con la sociedad de clases.
Páginas: 130
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