Ex Nihilo es una Distribuidora – Editorial situada en Barcelona.Esta iniciativa, no tienen ningún fin u objetivo, se centra en subvertir el presente, consumiéndolo en la Nada. «Somos el rayo que emerge de la sombría nube humana».

jueves, 5 de febrero de 2015

Violencia, anarquismo y veganismo

La violencia es necesaria en cualquier actitud de carácter disidente, que pretenda romper con cualquier relación de represión-opresión. Sin embargo, la violencia, mayoritariamente, no es tomada como valida o legitima, esto es así porque el engranaje democrático-capitalista ha confeccionado, inclusive en aquellos que se cuestionan el orden establecido, una actitud moralista ligado al ciudadanismo, la divina tradición del respeto de la legalidad burguesa se ha visto tomada como propia, por una relación de aceptación-sumisión, es confeccionada esta relación gracias a que, existe la creencia de que únicamente el estado-capital se ve legitimado a aplicar violencia, siempre que esta sea necesaria, naturalmente a los ojos de nuestros verdugos. Esta violencia ilegitima que viene dada por el estado-capital, la autoridad y el poder, perduran en la actualidad por su mera existencia; aquí, entra en juego el anarquismo indiscutiblemente ligado al veganismo.

El estado-capital, por su mera existencia, practica una violencia ilegitima por las relaciones de autoridad y poder que este protege y ejerce. Estas relaciones, son practicadas en todos los ámbitos que nos rodean y de los cuales somos participes sino tomamos una actitud antiautoritaria, esta actitud debe ser tomada, al margen, de representacionismos o dirigismos que se mueven por lo delimitado por el estado-capital, es decir, por quienes ejercen una violencia ilegitima que debe tener una respuesta contundente que se traduce en violencia revolucionaria y legitima, ésta respuesta debe tener, por supuesto, un fin u objetivo, que debe ser la destrucción de las relaciones de autoridad y poder, que ejerce el estado-capital y que reproducimos en nuestros homólogos no-humanos. El anarquismo y el veganismo van de la mano, porque ambos, si son tomados como un verdadero componente revolucionario, alejado de dirigismo o representacionismo, son posturas, por esencia, revolucionarias, y por tanto, violentas, ya que éstas se cuestionan el orden burgués preestablecido.


Descartar la violencia como un componente necesario y lógico, es un grave error ya que una actitud pacifista, la practica de la no-violencia protege al estado-capital, por tanto salvaguarda las relaciones de poder y autoridad que este ejerce y protege. Caeríamos, entonces, en una actitud colaboracionista, donde seríamos participes de la imposición de la servidumbre existencial tanto en los animales humanos como los no-humanos. Si verdaderamente se tiene como fin u objetivo abolir las relaciones de autoridad y poder, reproducidas también en el especismo, se debe desterrar todo pacifismo colaboracionista, si esto no sucede, y nos movemos por lo delimitado por el estado-capital, somos cómplices de la perpetuación de las relaciones de poder y autoridad y legitimamos la existencia de estas relaciones jerárquicas.

La raíz del problema es el sistema-capital, para romper con las relaciones de poder y autoridad tiene que entrar en juego el anarquismo y el veganismo, cabe destacar que con el término anarquismo, debería darse por supuesto el veganismo, una ideología que pretende la igualdad y la libertad no debe reproducir las relaciones de poder y autoridad que reproducen por una relación-sumisión los libertarios especistas, enseñanza directa de los verdugos que dicen cuestionarse. Ni el veganismo ni el anarquismo deben permitir actitudes pacifistas, donde quienes se autodenominan libertarios o antiespecistas estén reproduciendo las relaciones de poder y autoridad que pretenden abolir, moviéndose por lo delimitado por el estado-capital, tomando una actitud reformista a la par que colaboracionista, posicionándose a favor de sus respectivos verdugos, al igual que ofreciendo la otra mejilla mientras la ferocidad represiva de la existencia del estado-capital aumenta, y con ellas la servidumbre en todas las especies que habitan el planeta Tierra.


Cansados de estas actitudes que no hacen más que fortalecer al estado-capital, nos declaramos como la nada antiespecista, que lucha por la liberación animal humana y no-humana. Hacemos un llamamiento a la violencia como herramienta revolucionaria; al rechazo a toda actitud colaboracionista, practicada inclusive por nuestros propios compañeros que se auto-denominan antiautoritarios. Para ellos, su trágico destino ya lo hemos previsualizado, si cae el estado-capital con todas las relaciones de poder y autoridad, caéis también vosotros.

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